Para comprobar su comportamiento ante la combustión, el tejido de prueba se expone a diferentes fuentes de ignición, específicamente un cigarro encendido y una llama de gas butano.
Con espuma y tejido se construye una instalación de prueba que simula una silla.
Sección 1: Se prende un cigarro y se coloca en la junta de la instalación de prueba, haciendo contacto con el respaldo y el asiento. Se pasa el cigarro en combustión sin llamas a lo largo de toda la junta. Se observa el tejido para determinar si hay combustión con o sin llamas.
Sección 2: Ahora la instalación se somete a una prueba con una llama de butano, simulando una cerilla prendida, sobre la junta. Después de retirar la llama, el tejido se observa durante 2 minutos para detectar combustión con o sin llamas.
El material pasa la prueba si no hubo combustión o el área de residuos carbonizados es muy limitada.